Siempre o casi siempre,
cuando una hoja inundada de destiempoadelanta su otoño,
y se lanza en volandas
de un aire que le vence las fuerzas,
que no le besa el envés cicatrizado
ni acomete su peciolo
como la última lágrima
antes de volar ligera de equipaje.
Siempre o casi siempre,
somos el resto en lo que queda
la hoja adelantada sin testigos,
que salta como loca sin remedio
pintando despedidas sin ruido,
igual que canta el viento
en el fragor de los sueños vivos,
una nana de paz en la caída
un regalo solitario a la llegada,
el círculo perfecto de la vida
que nutre siempre o casi siempre
de sentido al universo.
Fotografía: Jorge Romero
versión audiopoema
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