renuevo mi placer desde sus ojos
allí donde culminan los antojos
y los minutos yacen con mesura.
Beber la sencillez de su hermosura,
sus murallas pintadas de sonrojos
de sol entrecerrándose sus ojos
besando entre tinieblas su ternura.
Ya duermen claroscuros los olivos
la noche se remansa en un regazo
con ecos labradores de cultivos.
Cuánta emoción batida con tu brazo,
también quedaron llenos tus cautivos
prendados por el tiempo de tu abrazo.
versión audiopoema por Nono Vázquez
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